Round one: yo vs. superyó


Swamp? by G.L 2011
En el pantano las criaturas se mueven en el fondo, son imperceptibles por los de afuera, por los pájaros, por las bestias peludas y por los que no necesitan introducirse en lo oscuro. Dentro de esa agua suceden cosas maravillosas que le dan vida al pantano, hay interacción entre sus habitantes, pero nadie se entera.

Asusta cuando, por fin, la cámara captura alguna de estas interacciones y puede ser analizada por un biólogo. Él dirá cuáles criaturas están ahí y, si quiere ir más allá, incluso preguntarle  sobre su origen, alimentación y ciclo de vida.

El amor por este hombre, que tanto idealizo, ha sido expuesto en el plano consciente muchas veces. Sin embargo, es reciente cuando por fin mi subconsciente dio señales de vida y me mostró parte de la lucha que mi yo y superyó desarrollan bajo las aguas de mi pantano mental. ¿Qué tanto desconocemos sobre nosotros mismos? Vemos el pantano, sabemos que hay vida dentro de él, pero solo hasta allí porque carecemos de los equipos necesarios para ver. Los sueños, hijos del inconsciente, son una ventana brevísima a ese lugar.

Soñé que mi padre (ausente toda mi vida) aparecía de repente y  le caía a golpes al hombre que me gusta mientras estábamos en una cita. Este ser, en la realidad, se encuentra cerca de mí por el contexto, pero muy lejos por el título y por partida de nacimiento. Yo también estaba presente en el sueño pues lo defendía. Recuerdo que le gritaba a mi padre que yo amaba al tipo y que ¿quién era él para reclamarme algo sobre mi vida amorosa cuando nunca estuvo en mi vida? En fin, golpes, gritos y pasiones desatadas.

Hice una interpretación, desde mi ignorancia, equivocada. Por supuesto que no sé qué significa nada de esto. Mr. V sí sabe, obviamente, y me explicó que ese “padre” no era literalmente la mitad de mi ADN, sino una materialización de mi superyó. La figura que regula al yo, la figura que dice “basta” cuando quiero comer más, la figura que no se escucha ni se siente porque su manera de actuar es cautelosa y taciturna. Esta pelea por el hombre, entonces, es real: mi consciente lo quiere, pero mi subconsciente lo rechaza.

Mr. V me dijo que “este movimiento, aunque poco lo puedes apreciar, es una muestra de cómo al hablar empujamos cosas al mundo ‘real’ y  mira, vale la pena que lo traigas para el análisis”.

Mientras que YO no quiera dejar que este crush se vaya de mi horizonte, que siga imaginando lo que podría ser, poco importa que usted, superyó, intente frenar mis pensamientos y acciones tan cargadas con rasgos edípicos.

Espero recordar más seguido mis sueños. Quiero soñar, pero despierta, sobre él, sobre nosotros.

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