Vacía y disociada
No se ve dolor en mi cara
Ya no hay líneas ni lágrimas
No hay movimiento en mi alma
O quizá hay demasiado
Soy capaz de nada
Incapaz de todo
Frente al universo
Un incendio es un incienso
La incomprensión
Trago amargo que se toma a ratos
Es barato porque hace daño
Son cartas repetidas en una mano vacía
Soledad, amiga querida
Te has convertido
En mi enemiga
De tanto amarte, pasé a odiarte
Porque me aislé tanto
Que ya nadie reconoce mi cara
Me siento torpe
Incapaz de poner un pie frente al otro
Me siento bruta
No puedo hilar ideas
Me dejé consumir
Por el vómito de mi cerebro
Por el hambre de mi corazón
Insaciable
Qué tonta. Nadie me escucha
Qué tonta. Nadie me busca
Qué tonta. La vida es así
Qué tonta. Escucha el kikirikí
Desde la cima de la colina
La lluvia desbordó caudales
No hay sol, solo hay lluvia
Indetenible granizo que me corta
No consigo refugio
Quizá sea la última tormenta
O el inicio de una temporada de penas
¡Ay de mi silencio!
Que grita
Pero por ser época de fiesta
Pareciera esconderse detrás de la música
El móvil no tiene energía
Se le va la vida
Escribiendo versos
Que leer a nadie le importaría
Porque su cara solo muestra una sonrisa
Cuando su alma pide clemencia
Nadie sabe
Nadie la conoce
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