Yo sabía de éste lugar desde que terminó el curso Escalera (prepadeútico de la Simón) mis amigos y yo (buscando alimento un sábado) nos topamos con dicho lugar. Cachapas con queso. Aparentemente se volvió costumbre que M.P Juan y yo vayamos al menos una vez por semana a comer. La brisa es inexplicablemente divina, es un oasis en canchas, los toldos y mesas son un poquito uncomfortable pero no importa. M.P no para de quejarse sobre las cachapas quemadas, y yo, sobre los niches que juegan béisbol en la cancha de al lado, quienes gritan como monos perturbados...
Nunca hay agua, sólo Lipton.
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