¡¡¡Llegamos!!! Woohoo! Ávila there we go!!!
El teleférico, la gente y el frío.
La taquilla, la entrada... una gorda bicha, wircha, tukky, malandra y roja me atendió. Pedí tres tickets y entregué los carnets para que nos dieran descuento (por ser estudiantes), me trató de la patada, nunca antes me habían tratado tan mal, y yo, obviamente cortés. Luego cuando la tarjeta pasó, me entregó el ticket de venta. Me quedé parada esperando los tickets (saben, estilo cine, qué sé yo) y me respondió con su tukky accent que "esojm son los tiqué pa' subí"
Ahhh fíjate, yo no sabía, gorda imbécil. Luego del maltrato, ya para abordar la cabina, me preguntaron unos guardias nacionales absolutamente inútiles que si llevaba armas de fuego.
Me imagino que mi cara fue EL POEMA porque ambos guardias se rieron. Obviamente, ¿qué armas ni qué armas un coño? Les vi con odio y desprecio, les dije un serio y despectivo "no". Y seguimos adelante.
Gracias a Dios en el funicular íbamos sólo los tres, no más. Se imaginarán mi arrechera si me hubiese tocado con Dios sabe qué gente; tukkys, malandros, viejas tierruas... ay no.
Bailamos, nos tomamos fotos, reímos y sobre todo, teníamos hambre, mucha. Gritamos unas 10 veces a todo pulmón "TENGO HAMBREEEEE" y "MADURO HIJO DE PUTA" hahaha fue bastante genial, nos desahogamos un poco.
La neblina estaba muy densa.
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