No paraba ni calmaba
De la cabeza inmensa
Los pensamientos de hierro
Que en titanio se volvieron
Indestructibles fusiles
Causan chispas entre dendritas
Cortocircuitos se ven en sus ojitos
Y por su cuerpo corría fuego
Hablaba tanto que se ahogaba
Agoraba tanto que se agotaba
Nadaba tanto que soltó lo que cargaba
Caminaba tanto que a ningún lugar llegaba
Los jugos o el Ludo
Corrían y hacían travesuras
Cual azúcar y cizañas
Cual matrices y maracas
Una algarabía infinita
Una rabieta incompleta
¡Para, para, para, para! Comandaba
Se hubo visto en el espejo y detuvo
La marcha una vez que vio la mancha
Del jugo en su Boss Hugo
Las chispas, ahora en sus mejillas
Le causaban risitas y hacía muequitas
El bello cabello ahora rizado y erizado
Vencía la gravedad, te lo digo de verdad
Por su boca salió la loca
A gritar desde su alcoba
Lo que calla la cuerda que cuelga
En la ventana una gran manta
Se dio un golpe cuando cedió
Ante el peso del beso
Que en el chocolate encontró
Por un momento olvidó su entierro
Once voces de hombres
Disfrazadas con máscaras reían a carcajadas
Todas se marchaban cuando veían la mancha
Que ya no era muchacha sino chacha
Devuelta en su cabeza
Se detuvo la grabación de la peli de acción
Porque el que era quien quería ver
Se quemó cuando la explosión sucedió
Aquella noche sonidos raros en la radio
Eran las ruedas del destino que se oían
Las estrellas matraqueras se robaban
Las ideas, y reemplazaban con tristeza
La cuerda tiesa en la pieza
Dejaba en su pendular oscilar
A la espina dorsal, vitaminas, cabello y sal
De la que una vez fue fuego, montaña, mar y tierra
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