Han pasado 11 días desde que murió la República y solo hemos visto cómo las personas, seres emotivos al fin, se dejaron llevar por la agonía de quien mucho lucha pero poco obtiene. Hay un ambiente de desesperanza y odio hacia quienes nos prometieron pelea por la libertad, este es el error más grave que se habrá cometido en nuestra historia.
Abandonar la lucha que desde hace 18 años se ha gestado en el seno de la oposición es sinónimo de sumisión ante el régimen que se fortalece, cual demonio, de nuestro miedo. Claro que se han cometido errores, pero no por parte de los guerreros del asfalto: errores de aquellos que elegimos representantes políticos.
Dejar que las calles "se enfríen" solo para demostrarle a la MUD el descontento es motivo de festejo para el régimen. Eso es lo que buscaron con la puesta en escena de la ANC y ahora con las ficticias elecciones regionales (que por cierto constitucionalmente están retrasadas). Si hay descontento hay que hacérselo saber en el único espacio que los humanos tienen para ser escuchados: LA CALLE.
Si bien el silencio otorga, en casos extremos como este donde la única solución se encuentra en la expresión masiva, es absurdo aplicar la "ley del hielo" porque hay un supuesto sentimiento de traición colectivo.
Están cayendo en el juego del régimen cada vez que rechazan declaraciones de los líderes que nos trajeron hasta acá. Se pueden preguntar, ¿dónde es acá?, ya les digo:
Acá es el lugar que hemos buscado siempre; la lupa de la tierra se detuvo en nuestras coordenadas para rechazar y sancionar a los malos del cuento, y darle reconocimiento y legitimidad a quienes jamás incumplieron con los derechos constitucionales. Acá es donde la calle es nuestra, donde si bien muchos han dejado su cuerpo y sangre, dando origen a lo imparable: una sociedad UNIDA por el único propósito de salir del régimen.
¿No lo ven todavía? Imaginen una relación amorosa donde se comprometieron, pero saben que su futuro cónyuge mantiene una relación tóxica con su ex. Este ex hará todo lo posible por impedir la boda; quizá sus intereses son amorosos, económicos o de estatus social, pero jugará todas las cartas que tiene para que usted suspenda el casamiento.
Lo que usted no quiere ver es que la culpa no es de su prometido, sino de su ex y entonces cancela la ceremonia. Todos quedaron tristes y sin ánimo, a excepción del villano (el ex) quien ahora jugará una nueva partida para recuperar a quien habría sido su esposo o esposa. Si el ex logra su misión, habrá sido culpa suya por mera insensatez y por haberle seguido los juegos sucios que el enemigo puso frente a usted.
Es exactamente igual en el ámbito político y es vital que no le sigamos el juego al ex, que superemos las mentiras y los trucos para volver a enfocarnos en nuestra meta. Odio los lugares comunes, pero este es clave: en la unión está la fuerza. Unidos tenemos poder, unidos somos capaces de mucho, de todo.
La política déjesela a los políticos, porque lo que nos trajo a este punto clave fue, y seguirá siendo, la presión social. Debemos apoyar hoy más que nunca a nuestros representantes porque si nos separamos estamos vendiendo nuestra alma al régimen y tirando a la basura todos estos meses de lucha y resistencia.
Le ruego, lector, si usted se ha dejado abatir por las trampas retóricas del gobierno, aún está a tiempo de dar un paso adelante y ver qué es lo cierto. No puedo obligarlo a que salga a luchar si no le apetece, pero reflexione y piense ¿qué estoy perdiendo si me quedo en casa? Y la respuesta debería ser: estoy perdiendo la libertad.
Ciertamente existe todo un dolor que nos atañe a los venezonalos y que el miedo nos azota día tras día! Un análisis increíble, Grandes palabras!
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