Prisionera

Por temor al qué dirán soy prisionera de mí misma. Por aprobación ajena dejo la libertad a un lado. Alma, prisionera del cuerpo, busca alguien quien le recule la condena.

Las palabras de otros valen más que las mías, excepto cuando en papel sean escritas. Sentencias absolutas, sin matices ni tonalidades, soy esclava de algo porque así he querido. Hacia el lado oscuro del mundo mi mente se encamina, elucubración al desconocer la verdad. La ignorancia lleva al odio.
Odiarme por no aceptar, odiarme por desconocer. Anhelo adquirir virtud, para ser útil en lo mío, deseo conocimiento para entender un poco más sobre las frágiles y desafiantes olas de Areté.

Condenas perpetuas, ¡por favor! Revisar el caso 1832. Ha sido prisionera sin un juicio apropiado, se ha internado por la misma razón que ha perdido la confianza en sus pasos; la incertidumbre y el miedo son dueños de su alma y cuerpo.

¡Viento, no soples fuerte que mi alma es de humo!



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