Escucha la radio en frecuencia am

Vivo en un mundo de reggetoneros, de hombres fanáticos de bachata y esas necedades latinas que desprecio. Me muevo en un mundo sin caballeros, solo bestias que actúan como hombres y que buscan reproducirse con la mujer más atractiva (figura 90-60-90).

Nunca me consideré romántica hasta ahora que conecté mi pasión por la música Big Band con el amor. Elucubro miles de historias románticas que tienen por soundtrack canciones de Ella Fitzgerald, Frank Sinatra, Nina Simone, Tonny Bennet y más artistas del género.

Me ahogo en lágrimas cada vez que pienso en cómo los hombres de este país son opuestos a mi estándar. No he encontrado ninguno que cumpla con ciertos requisitos, ¿acaso eso me hace muy selectiva, exclusiva y superficial? Tengo miedo de quedarme sola por creer mi vida una novela del siglo XX escrita por Capote o Hemingway.

Quiero romance, un caballero de esos old fashioned en el amor, pero con ideales de este siglo. Un hombre con quien bailar por las noches mientras las copas de champán se deslizan por nuestros labios, un hombre que envíe flores porque lo siente y no porque debe. Pero, más que esas nimiedades, un hombre con quien discutir temas intelectuales una tarde de lunes con sendos cafés en nuestra mesa.

¿Existirá un caballero entre esta gente? Quiero perderme en una aventura romántica pero no encuentro con quién. Espero que mi caballero no termine con una de esas 90-60-90 sin cerebro. No tendré los atributos más grandes pero sí una pequeña cintura que sostener durante un vals y un cerebro que descubrir en conversaciones nocturnas.

Por favor, si estás allí leyendo mis lastimosas palabras, prende la radio (pero en am) y escucha nuestra canción.

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