Carta (muy breve) a mi mejor amigo

Bestie, ¿cómo estás? 

Te escribo por esta vía pues -como imaginas- no tengo teléfono. 

Las redes sociales han conspirado para que nuestra comunicación esté llena de ruido siempre, impidiendo que nuestro intercambio sea posible. 

Hoy comenzaste en una universidad nueva ¿viste? Tenía razón. Tú, mi estimado amigo, eres un ser destinado al oficio tan hermoso e importante de las artes plásticas. Sí, es así. 

¿Quién lo diría? Los tres nos fuimos en búsqueda de nuestra verdadera vocación: yo primero, luego M, y ahora tú.  

A mí, me encontró la vocación, tú la has tenido siempre. Queriendo desde tu espacio, innovar y crear maravillas (no solo en papel, con lápiz o creyón) sino con todos aquellos que tenemos la dicha de conocerte. Porque sí, es así, una dicha.

Mis días en ese lugar fueron brillantes porque tú eras la bombilla que iluminaba mi vida (darks haha). 

Es tonto, quizá, pero pienso en ti todos los días. Son los detalles, los paseos, las risas, los abrazos, regaños y momentos inacabados los que me hacen sonreír, mi amigo. 

A modo de despedida, quiero que sepas que nunca he podido odiarme lo suficiente por todos los errores que hice en nuestra relación -fueron muchos- por tonta no vi que el tiempo vuela y que de un segundo a otro, nos separan miles de kilómetros; doloroso porque entre nosotros, el puente que nos unía físicamente se fue dañando hasta que cedió y se cayó. Mentalmente, estás siempre conmigo, amigo.

Te adoro y te extraño. 

PD -a modo de augurio-

Te irá fantástico en la universidad porque allí vas a perfeccionar tus destrezas innatas, serás popularks y, espero, nos veamos pronto.

Comentarios