Preguntas, amor y soledad

¿Existe acaso algo más frágil que la vida?

Un segundo basta para revertir todo aquello que creíamos y veíamos como rutinario. Quedan pues, los recuerdos y una tristeza embriagadora... a veces un letargo y casi siempre un vacío que nada ni nadie puede reemplazar.

¿No son así todos los cambios?
Cuando menos se esperan le otorgan otra forma a la vida; la llenan de desafíos porque eso son, simples o arduos todos terminan siendo lo mismo: retos, y que una vez cumplidos, aumentan su nivel de dificultad y nos llevan de nuevo a un vacío existencial  (mientras nos acostumbramos a uno nuevo).

No he sido jamás de esas personas para las cuales dar el pésame sea fácil. Nunca  he pronunciado dichas palabras. Pienso que al decirlo inmediatamente llevas a la persona de vuelta a la realidad, al lugar del cual probablemente huye...

¿Soledad, o felicidad?

El otoño va pintado de rojo natural los días. El atardecer se torna más naranja y aunque los árboles no cambien sus hojas, el ambiente queda (al menos para mí) a la espera del frío. Que vengan los escalofríos nocturnos, que los ruidos sean motivo de desvelo y que la angustia me lleve a la acción.

Es que la soledad cubre todo nuestro ser cuando por fin el cielo está más bonito, aclara la noche y deja ver las estrellas y, durante el día, hace del azul algo más profundo, inquietante y mordaz. Le da vida a todo aquello que carece y dota de entendimento al perdido.

¿Acaso encontré amor en la soledad? 

¿Por qué el vacío admite solo más vacío para llenarse y dejar atrás las lágrimas?

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