Violencia instantánea.

El otro día iba con Z a Caracas. Digamos que dicho rato en el tráfico, fue pintado de otro matiz gracias a las risas compartidas...

Pues ahora con los trabajos del "Distribuidor más largo de Venezuela" las colas se han vuelto constantes y más duras. De 3 canales (4 más el hombrillo) la autopista pasa a 2 en un punto, luego a 4. 
Justo antes de transformarse nuevamente en 4 canales, se detuvo la cola. No iba pendiente de los acontecimientos del sentido contrario. Esta ocasión gracias a Z vi -no por primera vez- un acto violento.

-¡Mira!
-¿Qué? Dije mientras buscaba apresurada algún indicativo anormal en el tráfico.
-¡El autobús!

Un carro se le había atravesado a un autobús de manera perpendicular. Se apeó del vehículo el conductor con talante violento y se colocó bajo la ventana del conductor del bus, golpeó su estructura  metálica y se insultaban verbalmente. Luego el copiloto se bajó y le dio algo al otro,  posteriormente regresó dentro del carro.

-Tiene una pistola...
¡¡¡Tiene una pistola!!!

Había visto el arma, pero no vi avanzar la cola. Reaccioné cuando Z comenzó a estrujarme y el carro de atrás tocó la corneta. Tenía la pistola en la mano izquierda. No quitaba mis ojos del objeto negro. Cómo lo sostenía, listo para atacar.

Se veía amenazador aquel sujeto. Obvio, es maquinal sentir peligro cuando alguien lleva consigo un arma. Y más que el arma en sí, aquella nueva actitud violenta que cubre al venezolano.

Cualquier cosa podía pasar. Desde disparale al conductor, hasta disparar al aire. Balas perdidas, las más peligrosas.

-¡Muévete, acelera! ¡Tiene una pistola, avanza!

¿Le habría disparado? ¿Asaltado a él y a sus pasajeros? ¿Secuestrado la unidad?
¿Por qué el conductor estaba tan molesto con el autobusero?

Quizás el bus no le dio paso al carro, pudo ser la lentitud del mismo y el apuro del carro. Quizás el bus chocó con el carro y no se detuvo...  tantas hipótesis y preguntas sobre el destino del autobusero y sus tripulantes.

Mis piernas temblaban, el clutch me costaba mucho presionar pero, agradecí a Dios que nada nos pasó.

La ironía viene unos 50m más atrás en forma de patrulla de policía. Inadvertidos de lo que sucedía frente a ellos.