Hoy en la tarde luego de una tormenta horrorosa, llegué a mi casa con la cabeza dispersa.
La lluvia colapsó todas las vías de mi ciudad y me encontré entonces, encerrada en casa de mi abuela. Con ella, mis primos y twitter... últimamente he estado muy alterada sin motivo aparente. Estar confinada, sin control y sin saber qué pasa, hizo que mis nervios llegaran al punto de "casi" desmayarme.
Salí de allí a penas escampó y arrivé a mi casa 20 min más tarde.
La lluvia colapsó todas las vías de mi ciudad y me encontré entonces, encerrada en casa de mi abuela. Con ella, mis primos y twitter... últimamente he estado muy alterada sin motivo aparente. Estar confinada, sin control y sin saber qué pasa, hizo que mis nervios llegaran al punto de "casi" desmayarme.
Salí de allí a penas escampó y arrivé a mi casa 20 min más tarde.
Mi cuello, mi cabeza y mi mente están vueltos leña...
-prendo un incienso de vainilla-
Lo coloqué sobre una repisa que (sin querer) es bañada por el sol de la tarde.
Puse también, canciones del tipo 'Launge/Relax/Instrumentales/Jazz'
Por un instante, todo, absolutamente todo se detuvo.
El tiempo se volvió eterno a medida que aspiraba el olor de vainilla con madera, que oía la música que hacía desaparecer al inaudible ruido de la calle y al contemplar el sol iluminando el humo del incienso. Logré callar mi mente.
Me paré frente al incienso y observé. Observé infinitas formas, que son producto de lo que uno quiere ver, del "state of mind" actual. Círculos, caras, rosas y figuras humanas que eran moldeadas por el viento sereno que provenía de mis exhalaciones.
El sol, con su luz tenue pero a la vez profunda, obtenía toda mi atención mientras le proveía de vida a las formas. Les daba profundidad.
-prendo un incienso de vainilla-
Lo coloqué sobre una repisa que (sin querer) es bañada por el sol de la tarde.
Puse también, canciones del tipo 'Launge/Relax/Instrumentales/Jazz'
Por un instante, todo, absolutamente todo se detuvo.
El tiempo se volvió eterno a medida que aspiraba el olor de vainilla con madera, que oía la música que hacía desaparecer al inaudible ruido de la calle y al contemplar el sol iluminando el humo del incienso. Logré callar mi mente.
Me paré frente al incienso y observé. Observé infinitas formas, que son producto de lo que uno quiere ver, del "state of mind" actual. Círculos, caras, rosas y figuras humanas que eran moldeadas por el viento sereno que provenía de mis exhalaciones.
El sol, con su luz tenue pero a la vez profunda, obtenía toda mi atención mientras le proveía de vida a las formas. Les daba profundidad.
Luego, me senté para descansar mi cuello, me dejé llevar por la música y por las formas que a su vez, destilaban un olor de serenidad. El sol calentaba mi helado cuerpo y servía de abrigo para mi fatigada alma.
Encontré una paz que jamás había sentido, una paz que se obtiene cuando cuerpo y alma están en equilibrio.
Encontré una paz que jamás había sentido, una paz que se obtiene cuando cuerpo y alma están en equilibrio.
El incienso se apagó justo después de que se hizo de noche.
Comentarios
Publicar un comentario