Un sábado de turismo aventura por Caracaos, mamá decidió llevarme a conocer el freaking Boulevard de calles de... ¿piedra? Olor a pipí, música horrible, niches, malandros y buhoneros. Mamá estacionó el carro en el Centro Comercial Express Chacaíto, debo admitir que estaba bastante ansiosa, temía por mi teléfono y por mi bienestar emocional. Empezamos a caminar y el olor asqueroso a pipí marcó el inicio del Boulevard. Buhoneros, tiendas sin sentido, zapaterías con música (salsa, cumbia asquerosa o peor aún, reggeton). Veía a la gente, me fijaba en el estereotipo que existe actualmente. Éste es, un tipo cuyo pensamiento tercermundista ocupa casi toda, si es que no toda su mente; comen y tiran los papeles al piso. Escupen, gritan y empujan. ¿será éste el hombre nuevo del cual Chavez, el eterno y supremo intergaláctico hablaba? Lo más probable es que sí. Pero ¿por qué eso nos tiene que definir? Es decir, ésta sociedad, de alguna manera, extraña y alejada es lo que nos representa ante los ojos del mundo. Un extranjero viene, se encuentra con una sociedad como esta y cuando regresa, dice que somos una mierda. El tipo no me conoció, no vio la "buena" parte de nosotros; somos nosotros, una minoría, escasamente presentes en las representaciones nacionales. También, dicen que las mujeres venezolanas son las más bellas del mundo; ¿acaso es porque hemos ganado no sé cuántas veces el Miss Universo/Mundo/Galaxia/Sistema solar/Planeta/Ecosistema? Porque en lo que a mí respecta, el estereotipo de "mujer venezolana" es horrible. De 5 mujeres 3 son "bonitas" de las cuales 2 son operadas y la otra bonita que queda, bueno, es innata. Las 2 mujeres que restan de las cinco, son o niches (lo más probable), boliburguesas operadas pseudo vestidas de "moda" si es que aquí existe tal concepto; feas por naturaleza o simplemente, descuidadas. Mona, aunque se vista de seda, mona se queda.
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